La
poesía siempre me acompaña. La mayoría de recuerdos de pequeño
eran poesía, no manifestada no compartida pero si sentida.
De
aquellos recuerdos, algunos ya han sido escritos sobre papel blanco,
otros están esperando el momento de brotar, porque ya los siento
inquietos, más vivos que nunca, pidiendo volar, porque acertadamente
creen que deben manifestarse y hacer como pequeñas gotas , para
llenar el caudal de un arroyo que las lleve al mar de la vida. Porque
los sentimientos, vivencias, ilusiones que se expresan con la poesía,
son alas de ángeles que nos protegen y nos hacen participar y
compartir pequeñas chispas que pueden ser el principio de muchos
reencuentros con el pasado. Y me preguntas porque estoy enamorado de
la poesía? Lo entiendes?
Recuerdos
de ir a los campos de olivos de la familia en primavera, y quedar
deslumbrado por le pequeñas y humildes violetas que me invitaban a
olerlas. Yo con mucho cuidado contaba sus pétalos siempre buscando
el sexto. Un día, una de ellas me hizo este regalo. Casualidad? No,
poesía.
Pues
si poesía. Quizás fue una ilusión, pero vi todo el campo lleno de
violetas y mi corazón saltaba de gozo, y sentía las mariposas
revoloteando dentro de mi pecho.
Recuerdos
de los días de viento que eran frecuentes por aquellos parajes.
El
viento hacía prodigios, hacía Poesía. Era música y color.
Color
cuando convertía la llanura de olivos, en un mar de olas, que
alternaban ahora el color gris, ahora el verde oscuro. Un mar de
poesía.
El
viento hacía música, si, si. Soplando fuerte, levantaba las tejas
de los tejados y hacía música. Algunas veces aterradora, otros
parecía como si Bach estuviera sentado delante de un órgano gigante
y quisiera con su música que nos dejáramos llevar volando a mundos
imaginarios. Música, Poesía
Luz,
recuerdos de noches de verano acompañando al abuelo al huerto a
regar las verduras, ver unas lucecitas entre la hierba que yo creía
que eran duendes vistiendo luces de colores. Eran luciérnagas
buscando pareja. Luz, Vida, Poesía.
Acercarme
a la montaña sólo salir del pueblo, y percibir el olor amargo del
boj y a la vez el aroma del tomillo, y de cincuenta flores y plantas
diferentes que me recibían curiosas haciéndome entrar en su mundo
de color y olor, Poesía.
O
cuando por encargo del cura hacía de campanero para anunciar buenas
nuevas y todo tener la lección aprendida, me salía del guión
improvisando toques alocados, para hacer la celebración más
compartida, mas festiva. Ya hacía poesía.
Sigo
haciendo poesía, porque estoy atento a la VIDA
Fifo
– Josep Lleixà
3 comentarios:
Linda foto, el poeta contemplando el maravilloso paisaje de su tierra amada, también es poesía. Tu vida es poesía Josep. Un abrazo, Pris.
Gracias Priscila, juntos tambien hemos compartido y vivido momentod e de poesia, Besos.
sonProscila
Gracias a ti también Josep por la poesía que vivimos juntos, gracias por esa oportunidad, más que momentos ..., llenaste mi vida de felicidad. Un abrazo, Pris
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