Me juego el alma, la vida, la esperanza y mis sueños por amor. Por amor me entrego. Me desnudo y muestro lo que soy, lo que tengo. Mis ángeles y mis infiernos. No tengo una medida que reprima mis sentimientos. Juego siempre a grande, aunque pierda, aunque la derrota clave mis rodillas en el suelo. Prefiero darme así, sin medida porque si gano venzo y si no un día recordarán que yo estuve ahí ofreciendo un universo. Me juego el alma si, con gusto, con gozo, con alegría por amor; por la felicidad compartida, por luchar por tocar con los dedos un trocito de cielo. Me juego la vida, la esperanza por acariciar y que me abrace el amor de quién ama con corazón, más allá del bien y el mal; me la juego por quien me ama y tiembla junto a mí cuando nos fundimos en un apasionado beso. Y si hay que jugárselo todo.... Yo me la juego. Que se abran mis venas, corra mi sangre y mis mariposas se eleven hacia el firmamento. Hay amor y amores, pero no alcanzarán a ser tan infinitos como el que nos tenemos. Y si por amor caigo no habrá dolor que merezca más la pena, que haber luchado con alma y garra por seguir los dictámenes de mi corazón. Y si vivo por amor, por amor también muero. No existe vida más plena ni muerte más dulce que hacerlo amando, hacerlo queriendo. Me juego el alma, la vida, la esperanza y los sueños por amor. Por amor me entrego. Porque si gano venzo, y si no lo hago, merecerá la lucha, el empeño, porque no se ama en vano, porque uno sabe cuando despojarse de muros, cismas, estigmas y entregarse a la batalla del amor puro, del amor grande, del amor por quien te desangras, brotan tus mariposas y te elevan con ellas a que conspire a tu favor un universo entero. Carol.
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